Guerra y fútbol: cómo funcionan los clubes ucranianos durante la ley marcial

La invasión a gran escala de Rusia a Ucrania ha afectado profundamente todos los aspectos de la vida en el país, incluido el deporte profesional. El fútbol, uno de los deportes más populares y socialmente significativos en Ucrania, continúa funcionando en condiciones excepcionales. A pesar del peligro, los desafíos logísticos y las dificultades económicas, los clubes ucranianos persisten, demostrando resiliencia y determinación. Este artículo explora cómo los clubes sobreviven y operan en medio de la realidad de la guerra.

Desafíos que enfrentan los clubes ucranianos

El estallido de la guerra causó interrupciones inmediatas en la infraestructura futbolística. Muchos estadios, campos de entrenamiento y oficinas de clubes fueron destruidos o dañados por ataques con misiles o actividades militares. Los clubes ubicados en territorios ocupados o cercanos al frente se vieron obligados a reubicarse o suspender sus operaciones. El Shakhtar Donetsk, por ejemplo, continúa jugando sus partidos en Leópolis y Kiev, lejos de su ciudad natal.

La logística se convirtió en una lucha diaria. Con constantes alarmas aéreas, toques de queda y carreteras dañadas, viajar entre ciudades para entrenamientos o partidos requiere coordinación militar. Los clubes deben garantizar refugios en los estadios y contar con protocolos de emergencia durante los encuentros. Algunos jugadores incluso se entrenan en sótanos adaptados.

En términos económicos, la guerra golpeó duramente al sector futbolístico. La venta de entradas cayó drásticamente por razones de seguridad y limitaciones de aforo. Patrocinadores e inversores, muchos de los cuales también enfrentan interrupciones por la guerra, han reducido su financiamiento. Como resultado, los clubes dependen del apoyo de autoridades locales, federaciones y fundaciones benéficas para continuar sus actividades.

Ajustes psicológicos y organizativos

La salud mental de jugadores, personal y aficionados se convirtió en un tema clave. Muchos atletas han perdido seres queridos o sus hogares, y algunos se han unido a las Fuerzas Armadas de Ucrania. Los clubes ahora ofrecen apoyo psicológico y consultan a especialistas para mantener la moral y el rendimiento.

A nivel organizativo, los clubes adoptaron modelos híbridos: combinando entrenamientos presenciales con sesiones tácticas en línea. En regiones inestables, academias juveniles enteras fueron evacuadas a zonas más seguras del oeste del país o al extranjero. Los entrenadores mantienen contacto remoto constante con sus equipos desplazados para conservar la continuidad del desarrollo deportivo.

A pesar de todos los desafíos, el fútbol ha demostrado ser una fuerza unificadora y terapéutica. Los partidos comienzan con minutos de silencio o ceremonias patrióticas, y los jugadores expresan públicamente su apoyo a los defensores de Ucrania. El fútbol no es solo un deporte, sino un símbolo de identidad nacional y resistencia.

Adaptación de las competiciones futbolísticas

La Premier League de Ucrania (UPL) se reanudó en agosto de 2022 bajo ley marcial. Los partidos se celebran sin público o con aforo limitado, según las condiciones de seguridad regional. Cada encuentro requiere aprobación militar y debe contar con refugios antiaéreos en el estadio.

Los árbitros y oficiales reciben formación especial en tiempo de guerra, aprendiendo a gestionar partidos durante alertas o amenazas. En algunos casos, los encuentros han sido pausados o reprogramados debido a ataques aéreos, lo que refleja la fragilidad constante de los calendarios deportivos.

La UEFA otorgó permiso especial para que los clubes ucranianos celebren partidos internacionales en Polonia, Eslovaquia y Alemania. El Shakhtar Donetsk y el Dynamo de Kiev juegan en el exilio, generando algunos ingresos y manteniendo la visibilidad del fútbol ucraniano en Europa.

Fútbol juvenil y base bajo presión

El fútbol base ha sido el más afectado. Docenas de academias infantiles del este y sur del país suspendieron sus actividades debido a los combates. Algunos entrenadores evacuaron equipos completos, y hoy varias academias operan en el oeste ucraniano o en países vecinos como Polonia y Rumanía.

Iniciativas como “Niños de la guerra – Juega por la paz” ofrecen formación y apoyo emocional a jóvenes desplazados y traumatizados. ONG internacionales y federaciones deportivas proveen material y respaldo para mantener su vínculo con el deporte.

A pesar de estos esfuerzos, se ha generado una brecha en el desarrollo de talentos. Muchos jóvenes promesas han perdido meses de entrenamiento estructurado y competición. Reconstruir esta cadena de formación será un desafío a largo plazo.

Jugadores frente destrucción

Perspectivas futuras del fútbol ucraniano

Aunque la guerra continúa, los clubes y la Asociación Ucraniana de Fútbol ya planifican la recuperación postconflicto. Una de las prioridades clave es restaurar la infraestructura destruida y garantizar la viabilidad financiera de los clubes mediante subvenciones, asociaciones y estrategias sostenibles.

Otro objetivo es reintegrar a los jugadores que sirvieron en el ejército o fueron desplazados. Varios clubes implementan programas de apoyo a veteranos y ofrecen roles como entrenadores o asistencia en rehabilitación a futbolistas que regresan del frente.

La comunidad futbolística también espera volver a llenar los estadios. El ambiente de los partidos presenciales, tan añorado, sigue siendo un símbolo de normalidad y paz. Estadios llenos representarían no solo el renacimiento del deporte, sino también la sanación del país.

Solidaridad y apoyo internacional

El fútbol ucraniano ha recibido un gran respaldo internacional. Clubes europeos organizaron amistosos benéficos para recaudar fondos. FIFA y UEFA lanzaron programas de ayuda para facilitar logística, viajes y desarrollo juvenil.

Varios jugadores ucranianos que actualmente compiten en el extranjero donan parte de sus ingresos a iniciativas humanitarias. Además, los clubes ucranianos comparten instalaciones con socios europeos, fortaleciendo los lazos transfronterizos en el deporte.

A largo plazo, esta cooperación podría dar lugar a torneos juveniles conjuntos, intercambios de entrenadores y una integración más profunda del fútbol ucraniano en la comunidad europea, paso clave para reconstruir el futuro del deporte sobre bases sólidas.